miércoles, 25 de mayo de 2011

El cine y Yo


Desde que tengo memoria que me he sentido atraída por todo este mundo que es capaz de sacarte de la realidad en un segundo y transportarte a un lugar totalmente mágico en dónde todo puede ser realidad. ¿En dónde más podrías encontrar algo tan especial?, en el cine. 

Mis padres desde que era pequeña me leían libros y cuentos de fantasía, que más tarde muchos de ellos se tornaron en películas. Me mostraban las típicas películas de niños, Disney, las princesas, los conjuros mágicos, en donde el bien triunfa sobre el mal y todos viven felices para siempre, ¿acaso no es ese el mundo perfecto?  

Cuando éramos niños soñábamos que todo era posible, es decir, no sentíamos miedo. Nos atrevíamos a volar, a explorar ruinas antiguas llenas de indios que trataban de impedirnos llegar a nuestro tesoro, o éramos capaces de imaginarnos el amor incondicional que termina algún día con “felices por siempre.” Sin embargo, al ir creciendo, madurando, cada vez estos sueños se van quedando escondidos, van siendo desplazados por la montaña de responsabilidades del día a día, de las inseguridades, del miedo a ser lo que sabemos en nuestro interior podemos llegar a lograr, pero que la racionalidad del adulto nos dice que no es posible. Pero,  qué sería del mundo hoy en día sin esas personas que soñaron con ir a la luna o al fondo del mar, que siguieron sus sueños desde niños y exploraban templos, dándonos una historia y cultura, del amor a prueba, entre otros; ¿por qué entonces no somos capaces de desplazar el miedo y entregarnos a nuestros sueños?


Recuerdo que hace unos años vi una película que ejemplifica en cierto sentido lo que menciono aquí. Se trata de la película “Finding Neverland”, dirigida por Marc Foster, quien logró cautivar de una manera extraordinaria cómo los sueños se puede hacer realidad y que el hecho de ser adulto, no significa perder aquello que hace de los niños algo único, el hecho de saber que siempre va a existir la esperanza, y como dicen, la esperanza es lo último que se pierde. 

Para mí el mundo del cine son los sueños de muchos hechos realidad, compartidos con un público que se empape de toda la esperanza que estos generan; a lo mejor es por eso que muchos disfrutan tanto del cine, te permite forjar nuevos sueños, ser simplemente uno mismo sin ningún tipo de reparos. El cine, puede mostrarte un camino de escape de la realidad y llevarte a lugares que sólo eras capaz de imaginarte cuando eras niño. Como Alicia que corre al país de las fantasías, pero hoy en día somos capaces de compartir ese mundo por dos o tres horas, en una sala con asientos bastante cómodos, efectos 3D y comiendo palomitas de maíz. El cine es toda la imaginación, la fantasía y el mundo de los sueños llevado a la realidad y desde mi punto de vista, es el que da el pie para que el mundo siga evolucionando y creando personas que dejan de lado sus miedos y se aventuran en él como cualquier héroe de pantalla grande. 



Quiero terminar con una cita de Walt Disney la cual es mi favorita por el mensaje que entrega y que creo que todos y cada uno de nosotros debemos recordar para ser felices.

(...)Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar, decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. (…)Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas. Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad. Desde aquel día ya no duermo para descansar, ahora simplemente duermo para soñar (…)”



No hay comentarios:

Publicar un comentario